Hidalgo
Recomposición de fuerzas hace temblar el cacicazgo en Zempoala

La fractura de PRI en el estado, generó las condiciones para que en municipios que siguen viviendo el cacicazgo, pero ahora bajo las siglas del Grupo Plural Independiente (GPI) vean mermada la fuerza de sus alcaldes y hoy enfrenten una fuerza homogénea de opositores que pueden marcar la diferencia y terminar con esos gobiernos autoritarios y represivos.
Zempoala, donde el alcalde Jesus Hernández Juárez impuso su voluntad por tres años gracias a la mayoría que tenía en el Cabildo, ha pasado a ver como el poder se le va de las manos luego de que se le han volteado sus antiguos aliados.
Durante tres años, sólo los tres regidores de Morena, Daniel Campos, Reyna López y Guadalupe Baños, más el independiente Armando Ruiz, fueron los únicos que denunciaron los excesos del alcalde, no sólo de corrupción, sino de abusos de poder, autoritarismo y hasta violencia de género.
“Este alcalde nunca buscó concesos, siempre impuso su voluntad con el mayoriteo, haciendo lo que le venía en gana y pasando sobre cualquier minoría o causa del pueblo”, dieron a conocer una y otra vez los morenistas y Ruiz Bustillos.
A ellos se han sumado ahora los priístas, quienes traen la orden de la dirigencia estatal del PRI, de “desmadrar” a Hernández Juárez según reveló un testimonio de gente que se quedó dentro del Revolucionario Institucional con el fin de combatir a los “traicioneros” del GPI.
Hoy, con siete regidores en contra, el munícipe ya ha dejado de tener el control y asobre todo, la mayoría calificada con la aplastó la toma de votaciones importantes, como la Cuenta Pública, el Proyecto de Ingresos o el Presupuesto de Egresos, que eran manipulados siempre pese a tener grandes sintomas de corrupción.
Ante el abierto riesgo de que sea enjuiciado, el cretino, déspota y represivo alcalde de Zempoala, como lo ha calificado la población, por primera vez se está dirigiendo con respeto con la Asamblea, a la que minimizó y hasta pisoteó cuantas veces pudo, aunque sigue tratando mal a los regidores del GPI, a quienes sigue tratando públicamente como lacayos, acorde al talante fascista que carga desde el inicio de su gestión en el año 2020.