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Hidalgo

El terror en las comunidades de Hidalgo por el Covid-19

Publicado

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César Peña

Zempoala, 25 de abril.- El terror en las comunidades de Hidalgo por el Covid-19. Nunca las noticias habían corrido tan rápido. Nunca, tampoco, el desconcierto y el miedo se habían apoderado en cuestión de minutos de la gente de los alrededores de donde aparecen los brotes del coronavirus.

“Es una sensación de muerte, pero de muerte cercana”, dice sin más Alberto, habitante de la localidad de Tepeyahualco, primera localidad de Zempoala en registrar un caso de contagio, cuya noticia se esparció como reguero de pólvora luego de confirmarlo la autoridad sanitaria.

Aunque las autoridades guardan en secreto el nombre y hasta el poblado de origen de cada caso, acá no sucede eso, sino por el contrario, se propagó de boca en boca al punto de que al otro día, las calles estaban prácticamente vacías pese a ser una localidad maquiladora en esencia.

El miedo no acabó en eso, los habitantes fueron a ver a sus delegados y luego buscaron a las autoridades municipales para expresar su incertidumbre, pero encontraron la misma respuesta que a nivel federal y estatal. Quédense en casa y guarden las medidas preventivas, no se asusten.

Zempoala no tiene hasta le momento más que un enfermo confirmado, pero ningún deceso. Aún así, las noticias de fallecimientos de municipios cercanos como Emiliano Zapata o más cerca aún, Mineral de la Reforma y Pachuca, tiene en alerta a los antes despreocupados habitantes.

Pero todo Hidalgo está igual, en Ixmiquilpan la gente vivía la pandemia con algo de relajación y laxa prevención, pero tan pronto registraron casos de contagio, sus hábitos cambiaron.

La fábrica donde trabajaba Rodrigo fue cerrada inmediatamente y la gente de su comunidad se encerró, tal vez a tiempo para evitar mayores contagios.

En Metztitlán con sus tres contagios, el miedo también se mueve en las mismas latitudes. Han obligado a la gente a encerrarse y no verlo como algo lejano. Hoy, hasta el campo está paralizado, ni que decir del comercio y la actividad en las escasas fábricas.

“Nos ha llegado el agua al cuello. No sabemos que va a pasar con esa enfermedad, pero ya no queremos salir”, arremete Adriana Gómez, ama de casa de la cabecera municipal, quien sufre con sus hijos esta cuarentena al no tener dinero, ni trabajo.

Y así como ella, todos viven con esta doble incertidumbre pues ya no quieren salir para nada, pero el hambre los está llevando a las calles a buscar lo que se apara sobrevivir.

Foto: Pinterest

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