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El izquierdista Petro y un multimillonario disputarán la presidencia de Colombia en segunda vuelta

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Redacción, 30 de Mayo.- Unos 400 observadores internacionales, entre ellos el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) de México, Lorenzo Córdova, estuvieron en Colombia para dar seguimiento a la contienda electoral, que se desarrolló con tranquilidad

El candidato izquierdista Gustavo Petro encabezó las elecciones presidenciales de este domingo en Colombia, pero sin los votos necesarios para ganar el cargo en esta primera vuelta electoral, por lo que deberá presentarse a una segunda ronda el 19 de junio ante el empresario de la construcción Rodolfo Hernández, considerado “el Trump colombiano”.

El paso de Petro y Hernández a segunda vuelta, dos candidatos ajenos al establecimiento, representa una derrota para las élites políticas y económicas colombianas, en especial para el gobierno del ultraderechista presidente Iván Duque, para su mentor político, el exmandatario Álvaro Uribe, y para los partidos políticos tradicionales que han gobernado históricamente a Colombia y que en esta ocasión tenían como candidato al exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez.

Petro, abanderado de la coalición progresista Pacto Histórico, obtuvo el 40% de los votos, según los resultados oficiales divulgados por la Registraduría Nacional del Estado Civil, y se convirtió en el primer candidato de izquierda en la historia de Colombia en encabezar la primera vuelta de una elección presidencial, con 8.3 millones de votos.

Hernández, un empresario que, según él mismo, tiene una fortuna de 100 millones de dólares, quedó en el segundo puesto, con el 28% de los sufragios, y se convirtió en la sorpresa de esta contienda pues los sondeos lo ubicaban en el tercer lugar, atrás del candidato de la derecha oficialista, Federico “Fico” Gutiérrez, aunque había ampliado su intención de voto en las últimas dos semanas.

De acuerdo con la analista política Sandra Borda, Hernández arranca con ventaja la carrera a la segunda vuelta electora porque es previsible que una gran parte de los votos de “Fico” Gutiérrez (cinco millones, equivalentes al 23% de la jornada de este domingo) serán para el empresario.

Hernández, de 77 años, es conocido como el “Trump colombiano” por sus desplantes populistas, sus vagas y simplistas propuestas de campaña para resolver problemas complejos y su fortuna personal. Es impulsivo, insulta a sus oponentes, y se irrita con los periodistas que le hacen preguntas difíciles.

A finales de 2018 adquirió notoriedad nacional, cuando era alcalde de Bucaramanga (290 kilómetros al nororiente de Bogotá) y propinó una cachetada al concejal Jhon Claro mientras le decía “hijo de puta”.

El video se hizo viral y él lo aprovechó para posicionarse como un empresario independiente que se da el lujo de golpear a los desacreditados políticos que rechaza la ciudadanía y como un emprendedor que tiene una vida económicamente resuelta, por lo que no tendría ninguna necesidad de robar recursos públicos.

El empresario e ingeniero civil, quien está investigado por presuntos actos de corrupción cometidos mientras fue alcalde (2016-2019), se ha mofado de que amasó su fortuna vendiendo y financiando casas a familias modestas que le pagaban intereses durante varios años.

En un audio que circula en las redes sociales, el ingeniero señala: “Yo mismo financio los edificitos que hago y yo cojo las hipotecas, que esa es la vaca de leche. Imagínese, 15 años un hombrecito pagándome intereses. Eso es una delicia”.

El influyente columnista Daniel Coronell, quien lo llama “bufón y truhan”, ha dicho que es entendible el voto de protesta que encarna Hernández porque hay mucha gente cansada de lo mismo, “pero este remedio de última hora puede resultarnos peor que la enfermedad”.

Al hablar a los colombianos tras pasar a la segunda vuelta, Hernández dijo que en estas elecciones se expresó “una voluntad ciudadana firme para acabar con la corrupción como sistema de gobierno”.

La segunda vuelta presidencial, en la que se enfrentarán Petro y Hernández, está programada para el próximo 19 de junio y se perfila como una disputa muy polarizada entre dos opciones: el cambio hacia un modelo de mayor solidaridad social, representado por el candidato izquierdista, y un populismo incierto, representado por Hernández, quien se promociona como un “antipolítico”.

De acuerdo con la ley colombiana, si ningún candidato presidencial obtiene el 50% más uno de los votos en la primera vuelta, los dos con mayor respaldo deberán presentarse a una segunda ronda electoral en la que el triunfador será el aspirante que obtenga la mayoría simple de los votos.

El gran derrotado de esta contienda fue Federico “Fico” Gutiérrez, el candidato del presidente Duque, de Álvaro Uribe y de los tradicionales partidos Liberal, Conservador, Cambio Radical y la U, que en su mayoría cerrarán filas con Hernández en la segunda vuelta, según analistas políticos.

A “Fico” le pasaron la factura la alta impopularidad de Duque y de Uribe, de más del 70%; el descrédito de los partidos tradicionales por su fama de corruptos y clientelistas, y el hartazgo de la mayoría de los colombianos con las elites políticas y económicas del país, que consideran insensibles ante la inequidad social y cómplices del saqueo de los recursos públicos.

Según sondeos realizados antes de la jornada electoral de este domingo, la segunda vuelta entre Petro y Hernández será una disputa muy cerrada.

Una encuesta del Centro Nacional de Consultoría de este mes indicó que en una segunda vuelta Petro y Hernández estarían en un empate técnico, con el 40.5% de intención de voto para cada uno.

La politóloga Sandra Borda advierte que es previsible que el gobierno del presidente Duque, el expresidente Álvaro Uribe y la mayoría o todos los partidos políticos tradicionales que respaldaron a Gutiérrez harán lo mismo con Hernández en la segunda vuelta para evitar que Petro llegue a la presidencia.

“La elite política y económica de este país ve a Petro como un peligro para sus intereses y, cuando esta elite siente que sus intereses están en juego, suele cerrar filas para defenderlos. Eso la hace un adversario muy poderoso”, dice la profesora de la Universidad de los Andes.

Petro, un economista y político de larga trayectoria de 62 años de edad, propone cambiar de manera gradual el modelo económico extractivista, que se basa en la explotación masiva de petróleo y carbón, a través de una reconversión tecnológica hacia fuentes energéticas eólicas, solares e hídricas.

El núcleo de su programa es el desarrollo social y el combate de la inequidad a través de subsidios estatales, como pensión universal a los adultos mayores y ayudas económicas directas a las mujeres jefas de familia, así como ampliar la cobertura de la educación pública a todos los niveles y la salud.

Otras dos propuestas centrales de Petro apuntan a combatir dos problemas que los colombianos perciben entre los principales del país: la corrupción, mediante la creación de comisión internacional como la que llevó a juicio a tres expresidentes y decenas de funcionarios públicos en Guatemala, y la inseguridad, a través de un proceso de sometimiento de grupos criminales a la justicia.

Petro ha prometido, también, cumplir a cabalidad con todos los puntos del acuerdo de paz con las FARC, que Duque ha eludido implementar en aspectos críticos como la reforma agraria que contempla y la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.

Unos 400 observadores internacionales, entre ellos el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) de México, Lorenzo Córdova, estuvieron en Colombia para dar seguimiento a la contienda electoral, que se desarrolló con tranquilidad y sin incidentes que entorpecieran su desarrollo.

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