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Opinión

Shakira y Piqué: show sentimental y negocio

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Economía  Versus Política

César Peña *

La colombiana Shakira y el español Gerard Piqué no son los primeros a los que les gusta escandalizar sobre su vida sentimental, exhibir sus miserias de amor y en asumir posturas infantiles de revanchismo, no. Desde hace cientos de años, los monógamos han repetido este patrón conductual en la que hombres y mujeres ponen aún más por los suelos esta forma de vínculo afectivo.

                De entrada, el morbo y sobre todo mucha mercadotecnia es lo que ha movido desde el principio esa relación; que la boda, los hijos, viajes, etc, para consagrar las carreras de ambos en un mundo donde la gente está fascinada por lo que le sucede a las famosos sin importar que su vida sea una auténtica pantomima llena de tonteras y nimiedades.

                La monogamia ha resultado excelente creando “monstruos” con amantes, por un lado, y por el otro, sumisas esposas engañadas que sufren la traición. Con éstas últimas se han sumado ejércitos de mujeres que se ven reflejadas y creen que realizan una tarea de empatía limpiando por la tele las lágrimas de las presuntas víctimas.

                Lo que si resulta innovador en este caso de la cantante y el futbolista, es que luego de todo el provecho que le sacaron a su unión ahora vuelven a obtener dinero de su desunión: 40 millones de reproducciones en youtube del video de Shakira  ‘BZRP Music Sessions #53′, que le siguieron al de “Monotonía”, varias semanas atrás.

                Esto, desde luego, significa ingresos para la colombiana por esta plataforma, más todo lo que pueda derivar de ello al comercializarse y viralizarse por todo el mundo de las redes, al tiempo en que Piqué, lanza orgulloso una campaña con una compañía de relojes.

                Sin embargo, la pregunta obligada es ¿qué está vendiendo de mensaje Shakira en sus canciones? Nada innovador, la misma basura de siempre; venganza, ardor, indirectas y todo lo que una mujer despechada puede acumular con la diferencia de que aquí si hay quien le pueda dar forma en versos y ponerle música.

                Esta ha sido la receta de la mayor parte de la música popular en todo el globo: reproducir los modelos conductuales, sus emociones y aventuras, es decir, nada nuevo aporta a las masas, quienes estando en la misma frecuencia emocional, acogen con singular alegría tales odas a la infelicidad y la desdicha.

                Mientras Shakira enjuaga con dinero sus lágrimas, las masas llenan más de miseria su vida escuchando la misma cantaleta de que el amor fiel no traiciona y de que cuando se ama se sufre, que el patriarcado nos heredó como mercancía maldita.

*  Escritor, periodista y economista.

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