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Se untó sangre y se hizo la muerta, niña para sobrevivir al tiroteo en Texas.

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Redacción, 28 de Mayo.- Miah Cerrillo, de 11 años, sobrevivió al tiroteo de la en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, al untarse sangre de su amiga Amerie y hacerse la muerta, mientras Salvador Ramos disparaba y asesinaba a 19 niños y dos maestras, el martes 24 de mayo.

De acuerdo con Telecinco, su amiga Amerie llamó a emergencias para intentar salvar a sus compañeros, pues eso le habían enseñado sus padres, pero no pudo salvarse a ella misma.

Miah vio a su amiga llena de sangre y se la untó para simular que estaba muerta, señaló su tía Blanca Rivera. La niña tenía fragmentos de bala en la espalda, pero ya fue dada de alta del hospital.

Ella va en cuarto grado de primaria y afirmó que sobrevivió al tiroteo en la escuela de Texas untándose sangre de su amiga para fingir estar muerta.

Ella fue testigo de cómo el pistolero Salvador Ramos, de 18 años, mató a tiros a sus maestras y compañeros de clase en la primaria Robb en Uvalde el martes.

Su tía Blanca Rivera le dijo a Click 2 Houston que Miah “vio a su amiga llena de sangre, y ella se puso sangre y se la untó”.

Todas las víctimas de Ramos estaban en la misma clase de cuarto grado. Ahí encontraron a Miah bañada en sangre y con restos de balas, salpicada de fragmentos de huesos, inerte, con los ojos abiertos de par en par.

Cuando vio a su padre entró en pánico. La metieron en un autobús amarillo y la llevaron al hospital y cuando le limpiaron la sangre de los niños muertos se dieron cuenta de que no tenía balas en el cuerpo.

Miah contó que Ramos les dijo: ‘Van a morir”, antes de iniciar el tiroteo. Entonces Amerie sacó su celular y marcó al 911. Entonces, Ramos, en lugar de quitárselo y romperlo, le disparó”, sollozó su abuela en entrevista con The Daily Beast.

Su mejor amiga estaba sentada a su lado y la salpicó toda la sangre”.

El diario indicó que, durante los 45 minutos que el asesino estuvo dentro de esa aula, Miah vio cómo ejecutaba a sus compañeros de clase y a su maestra, pero pensó rápido y permaneció inmóvil bajo los cadáveres.

Después del tiroteo, la policía intentó que Miah contara algo sobre lo sucedido en el aula, pero no pudo hablar. Fue hasta el anochecer cuando lloró y gritó temerosa de que la encontrara el hombre del rifle. No puede dormir porque teme que la encuentre durante sus sueños y se despierta asustada si cabecea, indicó.

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