Mundo
Greta Thunberg, ¿representante del capitalismo verde y del falso ambientalismo?
César Peña
México, 24 de septiembre.- Greta Thunberg, ¿representante del capitalismo verde y del falso ambientalismo? es lo que se preguntan muchas personas que dudan de la verdadera causa de esta joven sueca.
Se denomina capitalismo verde al conjunto de empresas que buscan vender productos ecológicos aprovechando la coyuntura de crisis ambiental, en la que Greta Thunberg es señalada de tener vínculos con algunas de éstas.
A Greta se le vincula con magnates como el sueco Ingmar Rentzhog, gran representante del capitalismo verde y su cadena de multinacionales ecológicas, quien ha financiado los lobbies de Thumberg, y con George Soros, una de las personas más ricas del mundo y uno de quien mueve los hilos de los estilos de vida mundiales.
La madre de Greta lanzó un libro sobre veganismo que a los pocos días se convirtió en best seller recibiendo grandes regalías por sus ventas. Además del auspicio de BMW, la familia real de Mónaco y un Banco Suizo para el barco en el que Greta atravesó el Atlántico para tener un viaje de 14 días “libre de huella de carbono y amigable con el medio ambiente”, y así no viajar contaminando en un avión.
“Más allá de la obvia huella -no de carbono sino de dinero- que está generando la imagen joven de Greta, sobre todo debemos cuestionar cuál es su discurso y el discurso que sus seguidores en todo el mundo están difundiendo, y si éste en realidad ataca la raíz del problema de la crisis ecológica planetaria”, se cuestionan Jóvenes por el Socialismo.
Sostiene que las palabras de Greta son discursos totalmente vacíos de contenido y de posibilidad praxis como pedir que “los gobiernos hagan algo”, cuando son ellos los representantes directos de las clases dominantes que contaminan y que no harán nada, es decir, apelar en la ONU al sentido moral del opresor o de los representantes diplomáticos de los opresores y reales contaminadores en cuyas manos no está ningún cambio.
“Un error infantil que se lo perdonamos a Greta por su edad y por su evidente falta de formación política, pero no a mayores de edad que han tenido el suficiente tiempo de estudiar para comprender el mundo y no lo hacen”, culpando a los pobres por su consumo irracional y no a las empresas que producen tales productos.
Por todo esto, Greta es vista como un símbolo del capitalismo verde cuyo eco en los países tercermundistas es nulo pues los jóvenes de estos países están más interesados en trabajar y estudiar, en definitiva tienen otras prioridades inmediatas.