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Hidalgo

Familia Cruz Escobedo; despojo y crimen como herencia

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Por César Peña

Zempoala.- Hoy se sabe que el restaurante que administra Lázaro Francisco Cruz Escobedo, el hermano mayor de una banda dedicada al despojo de tierras,  lo obtuvieron sus padres por la misma vía: se lo quitaron a una familia de escasos recursos hace casi 70 años.

                Esto sucedió en el año de 1949, dos años después de que naciera Lázaro Francisco, cuando sus padres, Francisco Cruz Suárez y Jovita Escobedo Hernández, se apoderaron del restaurante que primero, rentaron a la familia que vivía ahí.

                “Lo que sabemos es que llegaron con el pretexto de que les rentara el lugar la familia que ahí estaba, a la que convencieron los señores Francisco Cruz y Jovita Escobedo, sin embargo, luego no se quisieron salir y se quedaron con el lugar”, indicaron vecinos del lugar que se encuentra sobre la carretera México – Tulancingo, a la altura de la localidad de Acelotla.

                La razón para quedarse ahí fue que era un punto de venta de comida que tenía una fuerte demanda, sobre todo con los traileros y camioneros que pasaban por el sitio ya que pasaban a ingerir alimentos y bebidas antes de continuar su viaje.

                Esto lo supo la pareja, que pronto comenzó a buscar quedarse con la propiedad por la vía legal,  como ahora lo hacen el trío de hermanos –Lázaro, Fidencio y Agustín-, contrataron los servicios de abogados para obtener las debidas escrituras.

                El negocio fue tan redituable,  que por años la pareja crió a sus 5 hijos con los ingresos del restaurante, al que después le ampliaron el giro, convirtiéndolo en un burdel donde prostituían a muchachas  de pueblos del municipio.

                Ofrecían “trabajo” de meseras a jóvenes que tenían que saber entregar caricias  a los camioneros para obtener “más paga”, como le dijeron a Rocío, quien al saber de lo que se trataba la oferta laboral, decidió no aceptar.

                Así permaneció el negocio de la familia Cruz Escobedo por lo menos 3 décadas más, cuando deciden retirarse a atender un pequeño negocio de un molino de maíz, en la comunidad de San Antonio, de donde eran originarios, y dejar la estafeta a su hija mayor Lázaro, quien con su hermanos encabezarían una red de despojo de predios y parcelas que sigue activa hasta la fecha.

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