Hidalgo
Desmixiotadores asolan parcelas en el Altiplano

Por César Peña
Apan.- Llegan como ladrones furtivos; a la medianoche y en sigilo, devastan amplias zonas magueyeras para extraer el famoso mixiote y en otros las pencas, mismos que utilizarán para la venta de comida.
Hay quienes dicen que son los propios barbacoyeros que se han entregado a esta actividad, pero también hay quienes aseguran que se trata de bandas que extraen ambos productos para vendérselos a los primeros. Nadie sabe con certeza.
Por la mañana, Don Ramón López, octagenario campesino de los llanos de Apan que todavía la vida le da fuerzas para andar en el campo, se da cuenta que por lo menos dos de sus hectáreas fueron saqueadas por los desmixiotadores.
“Al llegar me di cuenta del daño que le hicieron a mis magueyes, que sufrirán un gran daño por esto”, aseguró. El daño, para muchas plantas, es la muerte, porque les quitan la tan preciada tela de cada penca, sentenciando el destino del maguey, que para llegar a ser adulto, tienen que pasar por lo menos 7 años.
Lo mismo ha pasado en otros municipios como Almoloya y Emiliano Zapata, donde los campesinos sólo encuentran campos blancos llenos de tragedia por las plantas destruidas y cortadas por estas bandas, que se mueven en grupos con camionetas para poder llevarse lo hurtado.
Hace apenas un mes, Julio Navarro se encontró con una hectárea despencada totalmente, en que los ladrones aprovecharon un anoche de luna parta poder actuar, aunque en Emiliano Zapata se sabe que hasta lámparas llevan para sus fechorías.
Estas escenas se han repetido incansablemente los últimos años, en que nadie les puede poner freno a esta delincuencia.
“Sólo hemos ido a poner una denuncia unos cuantos, pero de todos modos no pasa nada y se vuelve a repetir otra vez en otras parcelas”, lamentó Higinio Robles Martínez, quien dice que cada quien cuida su parcela con lo que puede y cómo puede.
Mientras algunos tienen perros, otros han optado por tener un arma o irse a vivir a su parcela pues de lo contrario, los ladrones actuarían con mayor impunidad.
Las pérdidas son de miles de pesos cada año, a la par del daño que implica al medio ambiente pues la mayoría de plantas mueren y con ellas, los animales y ecosistemas que albergan.