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Candidata a Presidenta en Manzanillo, hace campaña “en calidad de rehén”

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Redacción, 20 de mayo.- Protegida por efectivos de la Secretaría de Marina (Semar), la Guardia Nacional y la Policía Municipal, la morenista Griselda Martínez Martínez está, desde el pasado 12 de abril, en campaña para su reelección como presidenta municipal.

Ya no sorprende a la población local, acostumbrada a ver a la alcalde, ahora con licencia, moverse de un lugar a otro bajo el resguardo de un aparato de seguridad notoriamente reforzado.

Y no es para menos: el 26 de julio de 2019 Martínez regresaba de una actividad oficial cuando sufrió un atentado del que resultó ilesa –con un rozón de bala en un costado–, mientras la camioneta en que viajaba recibió 36 impactos de proyectiles de armas de alto calibre.

Como consecuencia del ataque, ocurrido en una importante avenida del puerto, uno de los escoltas que sigue en su equipo sufrió una herida en la boca, mientras una mujer que viajaba en un automóvil recibió un disparo en la cabeza que le dejó secuelas en sus funciones motrices y del habla.

En entrevista con Proceso, Martínez recuerda que desde noviembre de 2018, a unas semanas de que tomó posesión de la alcaldía, por instrucciones del secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, le fueron asignados dos marinos como escoltas y se le sugirió agregar dos agentes de la Policía Municipal de su confianza, debido a que mediante los sistemas de inteligencia de la corporación federal se había detectado que su vida estaba en riesgo.

Tras el atentado que ocho meses después confirmaría la oportunidad de las previsiones tomadas, se acrecentó el equipo de seguridad de la alcalde, a la vez que la Semar le recomendó no regresar a vivir a su domicilio particular y le dio alojamiento en las instalaciones de la Sexta Región Naval.

Martínez estuvo viviendo alrededor de un año en la sede de la Semar, desde donde salía todos los días a cumplir las responsabilidades de su puesto, pero a mediados de 2020 un brote de covid-19 la obligó a mudarse al Palacio Municipal, donde permaneció hasta finales de marzo del presente año, cuando pidió licencia para asumir la candidatura por otro periodo y retornó a su domicilio particular, donde se encuentra instalada junto con sus escoltas.

Explica que, como candidata, mantiene a su equipo de seguridad porque la Fiscalía General de la República, que recientemente atrajo el expediente de la investigación del atentado, determinó que continúa en una situación de riesgo “real e inminente”, por lo que debe mantener su guardia y notificó de la situación al Instituto Nacional Electoral.

A juicio de Martínez, mientras el expediente estuvo en manos de la Fiscalía General del Estado (FGE) “no hubo voluntad de investigar y también faltó capacidad, pues no pudieron llegar a ninguna conclusión sobre el móvil; no saben qué pasó”.

Expone: “Sin duda alguna el atentado no es un tema de carácter personal, porque no le debemos nada a nadie, nunca nos hemos conducido de manera deshonesta; al contrario, el atentado tiene todo que ver con el ejercicio de mis funciones como presidenta municipal, sin duda alguna”.

Hace notar que el ataque fue posterior a las denuncias que ha presentado ante la FGE por diversos actos de corrupción, tanto en el organismo operador de agua potable como en administraciones municipales anteriores, así como la baja de un grupo de elementos de la Policía Municipal que no estaban acreditados y no cumplían con los requisitos para ser policías.

“Y también está el hecho de que hemos negado autorizaciones, permisos o factibilidades a empresas que dañan el medio ambiente. Esa es otra línea de investigación, ahí tienen al menos tres.”

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado al puerto de Manzanillo como uno de los principales puntos de entrada al país de precursores químicos para drogas sintéticas, por lo que su control es objeto de una disputa de cárteles que explica los altos niveles de violencia en Colima.

–Con este clima adverso que le ha tocado vivir como presidenta municipal de Manzanillo, ¿qué la hace buscar la reelección? –se le pregunta.

–Es la convicción de que podemos cambiar las cosas. Hoy tengo mucha más información que cuando ocurrió el atentado; me queda claro cuáles son los intereses que buscan el control del territorio de Manzanillo, eso es lo que está en pleito actualmente y es lo que se tiene que defender.

“Manzanillo no sólo es el principal puerto del país, sino que es un municipio estratégico para la seguridad nacional y es lo que está en riesgo. Nosotros ya entendemos a qué nos estamos enfrentando, sabemos que no es fácil, tenemos muy claro que estamos arriesgando la vida.”

Obviamente, añade, “yo soy un estorbo para ellos, soy un obstáculo y buscaron la mejor forma de deshacerse de mí; qué bueno que fallaron y ojalá que algún día, por el bien de todos, se sepa qué ocurrió y por qué; quiénes decidieron terminar con la vida de la presidenta y quiénes fueron los autores intelectuales y materiales”.

Martínez, quien en 2018 llegó a la alcaldía porteña procedente del activismo social, aclara que la actual candidatura por la reelección no se la dio la dirección de Morena ni la candidata de ese partido a la gubernatura, Indira Vizcaíno Silva, sino que a ella la puso la gente a través de una encuesta: “Si la gente dijo que hay que ir nuevamente, pues hay que ir, con toda esa claridad de razones por las que estamos gobernando como lo hacemos”.

Advierte: “Si nos doblamos o si nos paraliza el miedo, no vamos a avanzar. Entonces con todo y miedo, con todo y lo que sabemos que está en juego, que es la vida, que es lo más preciado que tenemos, con todo eso hay que ir nuevamente y tratar de erradicar toda la mafia que tenía el control de Manzanillo y que hacía con él lo que quería”.

–¿Cómo ha sido su campaña, tomando en cuenta las condiciones especiales que vive en materia de seguridad?

–Ya estoy acostumbrada a trabajar en calidad de rehén, porque realmente es la calidad en la que estoy: de rehén de quienes me dispararon. Entonces la campaña es igual, estamos en la calle como estuvimos durante los trabajos de la administración; la gente en Manzanillo está ya acostumbrada a ver a la presidenta, y hoy a la candidata, con todos estos escoltas; a la gente no le da miedo, no se siente intimidada, nada de eso.

“No voy a dejar de hacer el contacto con la ciudadanía. Confío mucho en los elementos que están al cuidado de mi seguridad, es gente experta; entonces lo que me toca es ponerme a trabajar, que cada quien haga su trabajo: ellos el suyo y yo el mío.”